Por: La Trigueña Noviembre 06, 2025
Pocas cosas son tan irresistibles como el crujir del chicharrón recién hecho. En cada bocado se mezclan el sabor, la tradición y la memoria de nuestra cocina mexicana. Ya sea acompañado de salsa verde, dentro de un taco o servido con unas ricas tostadas, el chicharrón es un clásico que ha trascendido generaciones y fronteras.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene este alimento, qué tipos existen y cómo puedes disfrutarlo sin culpa?
Un poco de historia: del cerdo al antojo mexicano
El chicharrón tiene sus raíces en la época colonial, cuando el cerdo fue introducido a América por los españoles. Con el paso del tiempo, los pueblos de México adoptaron su preparación y la transformaron con ingenio y sabor propio.
En sus inicios, el chicharrón no solo era un alimento, sino también una forma de aprovechar todo el cerdo, respetando una filosofía de cocina sustentable y sin desperdicio. Hoy, sigue siendo símbolo de autenticidad, economía y sabor casero.
En Chiapas, por ejemplo, el chicharrón es protagonista en platillos típicos, desde guisos hasta botanas, y forma parte de la vida diaria tanto en los mercados como en las mesas familiares.
Tipos de chicharrón: un sabor para cada gusto
Aunque solemos pensar en el clásico chicharrón de cerdo, la verdad es que existen muchas variantes que se adaptan a distintos paladares y ocasiones.
- Chicharrón de cerdo
El más tradicional. Se elabora friendo la piel del cerdo hasta obtener una textura crujiente. Puede encontrarse “duro” o “carnudo” (con un poco de carne adherida). Es ideal para tacos, guisos o simplemente para botanear con limón y salsa. - Chicharrón prensado
Resultado de compactar los restos de carne y grasa después de freír, dando como resultado una textura jugosa y sabrosa. Es el protagonista de muchos desayunos mexicanos, como las quesadillas o los sopes. - Chicharrón de harina (o “chicharrines”)
Hecho a base de harina de trigo, es una opción ligera y muy popular para botanear. Su textura aireada y su versatilidad lo han convertido en un clásico de ferias, fiestas y reuniones familiares. - Chicharrón horneado
Una alternativa más moderna y saludable, ya que se prepara sin freír, conservando su sabor característico pero con menos grasa.
En La Trigueña, celebramos esta variedad ofreciendo frituras y chicharrones de harina con ese toque de sabor artesanal que nos distingue.
Cómo disfrutarlo sin culpa
El chicharrón puede formar parte de una alimentación equilibrada si se consume con moderación y se acompaña de ingredientes frescos. Aquí algunos consejos para saborearlo con tranquilidad:
- Equilibra tu plato: Combínalo con verduras, nopales, guacamole o pico de gallo. Así sumas fibra y nutrientes.
- Prefiere porciones pequeñas: Una botana no necesita ser excesiva. Un poco es suficiente para disfrutar el sabor.
- Elige versiones horneadas o con menos grasa: Hoy existen opciones más ligeras que conservan el sabor tradicional.
- Toma agua natural o aguas frescas sin azúcar: Para acompañar sin sumar calorías extra.
- Disfrútalo sin culpa: Comer bien también es disfrutar lo que te gusta, con consciencia y equilibrio.
El chicharrón en la gastronomía mexicana
Más allá de ser una botana, el chicharrón representa una parte esencial de la identidad culinaria mexicana. Está presente en guisos, tacos, tortas, salsas y desayunos. Es símbolo de convivencia, de lo casero y de ese amor por los sabores intensos y auténticos.
Desde los puestos callejeros hasta las cocinas de las abuelas, el chicharrón nos recuerda que la comida mexicana no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma.
Y en La Trigueña, creemos que el verdadero sabor de México se disfruta mejor cuando se comparte — ya sea con unas tostadas, unos chicharrines o un buen taco crujiente.
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